lunes, 2 de octubre de 2017

ULTIMA PELÍCULA DE ARONOFKY


Quienes conocen el cine de Aronofky saben que sus personajes son obsesos (Pi, la teoría del Caos) o La Fuente ( no la Fuente de la vida, el nombre es La Fuente) o Cisne Negro. 
Sabemos que sus personajes se cuestionan, se exigen, y que muchas veces (en ese intercambio que va desde afuera hacia adentro y viceversa) como en  Réquiem para un sueño, Noé, el genial director nos dispara metralla pura de metafísica elevada. De la que solo se conoce por lecturas sucesivas. 
Que lo entiendan o no,  todos no es su problema. 
El hombre cumple con su cuota ideológica y la originalidad que se le demanda. 
Es por eso que quienes se apresuran a acusar su última película de efectista, derrapan como el mas cándido de los críticos que se quedan pegados a la imagen y no la saben interpretan. 
En Mother, Madre, Jennifer Lawrence manifiesta lo que se asocia con la maternidad animal: la territorialidad que le duele hasta sangrar, (sangra la casa que ella repara con sus manos e inspiración) en lo que es la pura exaltación de la condición maternal. 
Javier Bardem es el esposo, , un escritor, medio en sequía con unos seguidores fanáticos que lo llaman El poeta (ella es la inspiración)
El poeta es el ego, es la necesidad de reconocimiento, y acaso la palabra elevada a lo sagrado.
Sus seguidores son una masa sin pensamiento, una hidra de varias cabezas, unos seres dispuestos al exceso y a la explosión de pasiones que nos ronda a todos, todos los días. 
Los personajes de Harris y Michelle Pfeifer son en su oscuridad opresiva, bastante nítidos, y acaso es fácil reconocerlos,  merodeando sobre cualquier cotidianeidad.

Lo que sigue, es consecuencia de lo externo penetrando con fuerza en lo interno, un desborde de violencia, tan común a estos tiempos, que nos preguntamos si no es hasta necesario ante la exagerada  sobre protección del instinto de la madre. 
Los cuadros finales son monstruosos, parecen pinturas negras de Goya, asediando.
El final es una pregunta, ¿los hechos son un sueño, o el sueño pugna por hacerse realidad?
Aronofky deja harto trabajo pàra el análisis, la película es dura pero constituye,  en lo que va del año, de Baywatch, Hombre araña, y Momias, lo mejor que se ha visto en salas.
No es para todos obviamente, pero es un fresco de un Aronofky siempre interesante.