La primera vez que oí (y ví) hablar de clonación fue en la extraordinaria película "Los niños de Brasil" basado en la novela de Ira Levin.
La idea es -ahora suena sencillo a la luz de los hechos- es la clonación, en un laboratorio hospital en Brasil, dirigido por el "Angel de la muerte" El Dr Mengele, de 94 replicas idénticas de Adolph Hitler. Para cumplir con el cometido, se necesitan paralelamente crear las condiciones ambientales que rodearon a la crianza y vida del Fuhrer.
Es así que un periodista investigador logra infiltrar un micrófono en una reunión nazi y grabar las conversaciones en donde se habla de eliminar a 94 personas en diferentes partes del mundo que son los padres de los niños adoptados que deben morir a la misma edad en que falleció el padre del líder de la Alemania nazi.
Puesto al descubierto, el periodista y otros testigos son eliminados, pero minutos antes, Ezra Lieberman el cazador de criminales de guerra ha sido avisado por teléfono.
Tremendos personajes para tremendos actores Gregory Peck es Mengele y Lawrence Olivier es Lieberman. Tamañas presencias hacen del filme algo excepcional.
Gregory Peck declaró que uno de los personajes que había interpretado que lo había marcado más, al descubrir su lado obscuro, era el del Dr Josef Mengele en esta película.
Completan el reparto, James Mason, Lily Palmer, Uta Hagen, Jhon Rubinstein y el debutante Jeremy Black que hace el papel de los niños clon de Hitler.
Película que recomiendo como imprescindible parea quienes crean que una buena cinta de acción puede ser espectacular si la corona un gran argumento.
Dirigió Franklin Schaffner. En 1979, ganó tres oscares, uno para Olivier, quien logró la mejor interpretación masculina. Buenaza.
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