La primera escena de la película permite a Robert Zemeckis
avisarnos que se trata de una película oscura. En ella, una mujer desnuda se
levanta entre la media sombra, camina rumbo al baño, de donde va y viene,
mientras una figura masculina duerme en la cama. El timbrazo del celular
despierta al personaje: Un Denzel Washington con una barba descuidada, y una
obvia y resacosa expresión de juerga de varios días. El personaje habla con su exesposa,
contesta sus reclamos con desdén y luego juega con su eventual compañera de
noche. Con una actitud de desarraigo notoria le dice que era su primera esposa,
pero que ella va a ser la segunda y luego hace un comentario sobre la ligereza
de formas de su pareja de ese momento recomendándole mejor alimentación para
lograr más cuerpo. Acto seguido se mete un tiro sin pistola de esa cocaína que
se ha convertido en la taza de café de los americanos. Habla de un vuelo a
Orlando.
Hasta aquí, no hay nada excepcional. Luego el zambo aparece
rumbo al trabajo vestido de piloto de vuelos de una compañía aérea, con un
vuelo entre manos como siguiente actividad.
¿Podrá haber mayor inconciencia que pretender volar un
avión, con una turca de tres días, y coqueado?
Sí. Aun dentro del vuelo y con un despegue difícil el
personaje se las ingenia para aplicarse un desarmador triple en pleno trabajo y
de poner en piloto automático el avión para dormir el cansancio físico contra el timón. Pero ocurre lo inevitable. Una falla mecánica
precipita el avión en picada, Y es WHip Whitaker, quien haciendo maniobras y en
base a un instinto inexplicable evita una gran tragedia, conduciendo el avión
hacia un despoblado y salvando las vidas de 96 de los 102 pasajeros del vuelo. Sin
embargo –aunque heroico para el público- las muertes demandan una investigación
normal de los organismos federales.
Paralelamente una prostituta adicta a las drogas, sale de
sus labores y se dirige a donde un grupo de personas que están haciendo una
película porno. Ahí consigue la droga para su dependencia.
Pese a la advertencia
de su proveedor para el uso cuidadoso de la fuerte sustancia que le
proporciona , ella se la inyecta y cae en una crisis terminando en el mismo
hospital que los heridos del accidente aéreo del vuelo SouthJet 227.
Coincidirán en una escalera
de servicio entre pisos, buscando donde fumar, Nicole, Whip Whitaker y
un paciente con cáncer terminal en donde se producirá una interesante
conversación sobre la vida y la muerte.
Estos son los primeros
45 minutos de El vuelo. Quizás la más interesante película que se haya
filmados sobre la terrible presencia e influencia del alcohol y las drogas en
nuestra cotidianeidad.
Lo que viene después son los pasos hacia la redención de l
personaje coronados por una soberbia actuación de Denzel Washington, quien nos
marcará las pautas del cinismo, descontrol, y la falta de autocrítica de
cualquier ser que este dominado y vencido por un vicio terrible.
Además está la NTSB (Junta Nacional de Seguridad del Transporte) que
investiga de oficio el accidente.
He visto muchas películas de este tema y no he encontrado mejor
actuación que la de Nicholas Cage en Leaving Las Vegas. Aunque me gustaron las de Jack Lemmon en Días
de Vino y Rosa, y Ray Milland en Días sin huella y unas cuantas más cuyos
nombres no tengo en mente con las
actuaciones de David Jansen, Dick Van Dyke, sin contar las femeninas de Meg
Ryan o Sandra Bullock que son naturalmente películas menores al lado de este gran drama
contemporáneo que plantea Zemeckis con su natural maestría.
Al final el personaje encontrará su redención de la única forma
posible, reconociéndose como un ser manejado por el vicio y hartado ya de tantas
mentiras y justificaciones, en los que juegan incluso los intereses del dueño
de la aerolínea (preocupado por no tener agujeros en los bolsillos y con un
estilo de empresario que nos recuerda al de Papa Upa)
Quién eres? Le preguntará su hijo
al final del filme para redactar un trabajo que le exigen en la entrevista
para la universidad en la que planea estudiar.
Quién eres? Comenta Whip Whitaker. Buena pregunta, dice en su frase final, respondiéndose como
todos los que batallan contra la adversidad de haber sido atrapado por un vicio
tan despiadado.
Mi padre que era abstemio y rabioso (no tomaba y no le gustaba que
nadie tome a su alrededor) tenía razón,
cuando señalaba que este tipo de suicidio provenía de un profundo miedo
a la vida.
A mi edad le doy toda la razón. Esa sensación de bienestar del
alcohol o de las drogas solo es un instante de olvido de los miedos que las
inspiran.
Lo mejor, será dejarlo
pasar para que sean los escogidos, aquellos quienes tienen las armas mentales
para vencerlos por designio de las armonías. Ellos serán quienes se encarguen
de acabarlos y sacarlos de la mente y de la vida de los seres humanos.
Excelente película a la que doy 5 likes desde mi butaca de pirata
de cojo.
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