jueves, 7 de marzo de 2013

VENGADORES IMPERIALISTAS





Nicolas Cage es un gran actor, qué duda cabe, (ganó el Oscar principal por Leaving Las Vegas, en donde demuestra su talento actoral representando un escritor borracho en las últimas etapas del alcoholismo).
Ha hecho muchas buenas películas y no deja de llamarnos la atención, que en los últimos tiempos trabaje de lo que sea o lo que le pongan en oferta.
Suponemos que en la crisis financiera tenía su dinero jugado con algún tipo a lo Bernie Maddox y se fue a la quiebra y que eso lo obliga ahora a aceptar cualquier papel que le pongan en frente.
Algo así debe haber sucedido con este remake de la muy famosa cinta “el vengador anónimo” que Charles Bronson  llevó al paroxismo de las varias secuelas.
El tema es simple, unos pandilleros (entre los que se reconoce un Jeff Godblum, bastante joven) irrumpen en su casa, violan a su esposa (Hope Lange) y a su hija, muriendo la primera, mientras que la segunda queda afectada psicológicamente como para morir en la secuela siguiente casi de la misma manera irracional.
Bronson es Paul Kirsey, quien fue objetor de conciencia en el ejército, y es un arquitecto de éxito, que decide vengarse de toda la delincuencia convirtiéndose en un vigilante asesino.
Es impresionante que darnos cuenta que ajenos estábamos al contrabando ideológico de los años setenta, porque mientras Bronson se despachaba delincuentes, nosotros aplaudíamos, riéndonos, no entendiendo que nos vendían la idea, de tomar la justicia entre las manos. Política natural de los yanquis hegemonistas en todo el planeta.
Descubierto por la policía, esta no desea convertirlo en un héroe y lo envían a otra ciudad en donde proseguirá con las ejecuciones.
La nueva versión es similar. Le violan la mujer a Will Gerard (Cage) un tranquilo profesor y en la sala de emergencia se le presenta un tipo extraño (ese buen actor que sabe ser Guy Pearce, quien le ofrece venganza a cambio de un favor sin importancia (entregar un paquete, seguir a alguien) con tan solo rercibir la llamada de una clave: el conejo saltó.
Efectivamente el violador es muerto. Y de repente la exigencia del pago de semejante favor se torna en un asesinato y toda una intriga de vigilantes conectados a través del chantaje. Acción bastante ramplona.
Aunque los actores cumplen la medianía de los roles y la historia y acción suenan tan trilladas como flojas, el mensaje final sigue siendo poco esperanzador, así todos lo sepan, no pasara nada porque todos estamos implicados, por acción u omisión en el sistema.  
Lo que revela la inmoral e inmortal idiosincrasia del matón americano que se coloca al margen de la ley siendo la misma ley y prevaleciendo el uso de la fuerza y la ley de la selva.
Ya ni siquiera el ojo por ojo, esto es UNA FORMA de simplificación ADMINISTRATIVA JUDICIAL absoluta.
No vale ni los dos mangos que me costó.
Desde esta butaca de pirata cojo, le bajo el pulgar, deseándole suerte a Cage, en su urgente recuperación económica.
Mejores personajes, Nicolas, busca mejores. 

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